viernes, 27 de enero de 2017

Downtown (1975) Jesús Franco



Vivir para ver amigos, cuando uno cree haberlo visto todo, se sorprende contemplando la imagen de Jess Franco en bañador. En fin, pues aquí estamos con un nuevo tostón entrañable del tío Jess, aunque bueno, este se deja ver bastante bien, eso si, me lo he tragado en alemán con subtítulos en inglés. Inglés controlo, pero no se que tiene el alemán (y más en boca de Jess Franco) que me desconcentra para leer el inglés. Añadidle flipar con una jovencita Lina Romay exhibiéndose más deshinibida que nunca con el desparapajo que le caracterizaba, el sueño y las varias cervezas que llevaba viéndola, para obtener como resultado un completo desconocimiento por mi parte de la trama. Pero por suerte, como la mayoría de las del tito Jess, se puede disfrutar perfectamente aunque uno no se esté enterando que demonios pasa en un momento dado (es más, de hecho, es una sensación común en su filmografía). Además al final se trata de la historia de siempre, en este caso, de detectives. 



Jess Franco es Al Pereira (personaje que en otras ocasiones -desconozco cuantas, que alguien me lo apunte si lo sabe- interpretó Antonio Mayans) un detective cutrecillo de la costa (pero que se cree la hostia, a juzgar por sus soliloquios) que es contratado por una stripper interpretada (apasionadamente) por la Romay, para que le haga las fotos a su marido, en acto de puesta de cornamenta. En un principio parece dinero fácil, pero la cosa claro, se complicará cuando el tipo muera, y Pereira sea uno de los sospechosos. Además , el tipo estaba forrado y era poderoso. Y partir de aquí los típicos giros, las típicas investigaciones y pesquisas, de las que no me enteré demasiado , pero que básicamente consisten en el pobre Al Pereira haciéndose el duro, pero cayendo de lleno en las redes de Lina Romay y su pérfida amante lesbiana, que le manipulan a su antojo para obtener sus criminales objetivos. 




Downtown tiene el atractivo añadido de ser una de las pocas ocasiones en que podemos tener como protagonista a Jess Franco, y no solo en papeles secundarios, como ocurría a menudo. Y es un gran protagonista. Esa cara permanente de -me váis a perdonar la expresión- "quedao" que tiene es...demonios, hipnótica, en serio, le quieres seguir mirando, quieres ver que más hace, es el protagonsita perfecto, o lo que debería ser un actor protagonista y no como muchos de los actores protagonistas que han janolado sus otras películas (toma trabalenguas). Además Al Pereira es un personaje feillo y bajito que se cree Humphrey Bogart, y como tal Jess Franco lo interpreta a la perfección para que resulte cómico el contraste entre lo que el piensa que es y lo que resulta ser en realidad.

Otro punto a favor para los más mitómanos es tener escenas con Jess Franco y Lina Romay enrrollándose, que como sabéis fueron marido y mujer durante décadas. No es que sea el colmo de la excitación ver a un cuarentón (en la época) como Jesús Franco con la Romay con ventipocos (de nuevo repito, en la época) pero siendo quienes son, para los que hemos visto y sufrido tantas de sus películas, es algo así como entrañable, a su manera chabacana (la Romay se dedica a lamerle el bigote con profusión a Franco). Total que si te has tragado Vampiros Lesbos, Dracula contra Frankenstein o El Ataque de las Vampiras y las has disfrutado (siendo tan coñazo como son) ¿como no vas a disfrutar Downtown que es hasta mejor? tenemos zooms descarados a los coños en cuanto están al aire, que es muy gracioso, escenas imprescindibles de cabaret, confusos tríos eróticos (el de Jess Franco masturbando torpemente a las dos lesbianas es de antología) y un personaje entrañable del que el director busca la mofa.



Antes de acabar a colación de las torpes escenas eróticas de las que hablaba, resulta chocante lo mal dirigidas que están estas, frente a lo espectacular y sensual que resultan otras más "tranquilas" por ejemplo la mañana siguiente al trío de la Romay, su novia y Franco, en que ambas fuman y chupan botellas en pelotas. La foto en esos momentos es hasta bonita y ellas están...en fin que está claro que lo de Franco no eran las escenas standard, eran los momentos...diferentes, en que no pasaba nada concreto. Así ha resultado su filmografía claro. En fin que la recomiendo a fans de Jess Franco y a quien le interesen las películas eróticas españolas torponas de los setenta.

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