Tengo un verdadero conflicto con esta película, que he vuelto a ver mucho tiempo después del primer visionado, al conocerse la muerte de su director, Wes Craven (hace poco me volví a ver Pesadilla en Elm Street con unos amigos, también tiene mala pata). Mi impresión sigue siendo la misma que cuando acabé de verla la primera vez. Se que es fallida, se que es absurda, pero una vez pasados unos días tras su visionado, me gusta y quiero volver a verla en un futuro...y aún así, no deja de ser un absoluto despropósito...
Y es que pocas veces hemos visto un argumento tan bizarro puesto en imágenes en una producción de Hollywood, y pocas veces, que yo recuerde, se han intentado juntar en un mismo film, tonos tan opuestos. Porque el argumento, por un lado, es la típica historia de adolescente avispado de los 80 que construye su propio robot enrrollado, BB (Bíbi pronunciado en inglés, lo que aún lo hace más ridículo) hace amigos, y conoce a una chica preciosa que vive al lado ¿y vivirían aventuras no? pues que va, resulta que a la vecina de al lado poco menos que la viola su padre (verlo no lo vemos, pero se entrevee) y al poco tiempo la mata de un puñetazo que la manda al piso de abajo rodando por las escaleras (¡¡!!!).
No contestos con esto, hacen que el protagonista recupere el cadaver de su amada y le implante el chip del difunto Bíbi ¿a que no os lo había dicho? vale, pues lo digo ahora, sale la vieja de Goonies y se lo carga a tiros, si si, así como os lo digo, es lo fascinante de este film, su capacidad para romper el tono con cosas sórdidas y malrolleras... Pues eso, que desde ese momento Bíbi es la chica, o ambos, porque se venga de las personas que hicieron daño a Samantha, como su perverso padre, y después de las que le hicieron daño a el, en concreto la vieja que le mató, a la que revienta la cabeza lanzandolé un balón de baloncesto en una escena bastante molona y bien resuelta, por otro lado.
Fascinante en su primera parte, más aburrida en su segunda (cuando Samantha va por ahí moviéndose como un robot con las manos en forma de pinzas como las del difunto Bibi...) su final se alarga y hace algo irritante, pero esa guinda de vuelta de tuerca del final de bizarra tiene su gracia, y con lo que se queda uno, ya os digo, pasados unos días, es con que con todo, es buena, o al menos, la quiere ver otra vez, por algo será....
Hombre, esta es un clasicazo!!! Es bastante anómala, sí, pero es como hipnótica, entre otras cosas por la siempre grata presencia de Kristy Swanson, quien también aparecía en esa maravilla titulada Highway to hell.
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