domingo, 29 de enero de 2017

Karate Contra Mafia


En los tiempos de Netflix, cuesta imaginar que una película rodada en menos de una semana en Canarias, al calor del éxito de las películas Chinas de Artes Marciales, estuviese agotada en videoclubes durante un tiempo considerable (segun afirma su director, según Oso de Cinecutre, que así nos lo relató tras su proyección en la Pre-Cutrecon 2016, en los Cines Dreams Palacio de Hielo de Madrid el pasado 12 de Enero) pero así fue. 

Ramón Saldías (acreditado como Sah-Dia-A en la película, en un desfile de nombres chinos inventados, aparentemente, pero que según nos contó el director de la Cutrecon, fueron traducidos del castellano por un Chino, para escribirlos tal como se haría en dicho idioma) nunca había visto película de Bruce Lee, Jackie Chan, o nadie en absoluto. Es más nunca había visto un solo film de artes marciales como los que proponía imitar hasta unas semanas antes de rodar. Los actores pertenecían a una escuela de Karate de Las Palmas, y todo parecido con una persona oriental, quedaba rápidamente diluído (sobretodo en caso del protagonista, que luce un peinado que se esfuerza penosamente por darle un look a pelo de Oriental...) por eso muchos de los extras que participan en la pelea llevan pasamontañas.

Total que estamos ante el típico caso de película más interesante por que intentaba engañar clamorosamente al espectador -haciéndose pasar por china en todo momento- y por el trasfondo de como fue realizada. Otra anécdota jocosa que nos contó Oso fue la de que la única actriz dispuesta a mostrar algo de carne, era la madre de un alumno de la escuela de Kárate en que era profesor el protagonista de la cinta, por lo que el tipo durante las escenas de amor, está inmóvil y aterrorizado, muy cohíbido por tener que enrrollarse con la madre de uno de sus alumnos en pantalla. 

La película es aburrida y tediosa hasta más no poder. Repetitiva como ella sola y con algunas de las peores escenas de lucha de toda la historia del cine. Pero claro, vista en el contexto Cutrecon se hace mucho más llevadera por compartir risas e improperios en voz alta. Triunfaron las sucesivas luchas entre el protagonista y el tipo del polo rojo y el pasamontañas, las persecuciones a cinco por hora, los penosamente disimulados exteriores Canarios que tratan de pasar por Hong Koneses y horrorizaron al personal los primeros planos del repugnante Maestro del protagonista -que quieren que les diga así fue-. Solo para verdaderos masoquistas y aficionados al género chungo. El resto del público puede disfrutarla vista en Cutrecon o similares, y puede que ni así, pues la intensidad del público español actual, que ya ha "aprendido" como bregar con estos pases, puede hacerle la experiencia insoportable, a mi me la hace a veces al menos...

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