Armando (Andres Pajares) es un notario que se aliará Alicia Cazorla (la espectacular Adriana Vega) para encontrar un tesoro escondido en lo más profundo de una mansión que pertenece a su difunto tío Marcelo (soberbio -como siempre- Antonio Ozores). Juntos, habrán de hacer frente a espíritus, fantasmas salidas, hombres lobo gays, gigantones que lo entienden todo al revés y moños postizos que se caen en la sopa...¡Ozores y Pajares en una comedia terrorífica!
De pequeño me fascinaba esta película. Recuerdo pillarla de madrugada en televisión, ver el comienzo entre el terror y la risa (si terror también porque al comienzo de la película Ozores se cae por un barranco, quedando deformado y luciendo un truculento maquillaje con los ojos fuera de sus órbitas, y demonios ¡eso me asustaba!) y verla después varias veces, añadiendo a esas sensaciones también, la de estar cachondo. No es para menos ¡Adriana Vega! ¡Que mujer amigos! Durante mucho tiempo he estado buscándola en descarga, no encontrandola en ningún formato, así que imaginaos mi alegría cuando me la pude agenciar en dvd por 2 miserables euros...
Pero volvamos con Adriana Vega. Y es que hay que distinguir talentos entre actrices del destape. Para mi esta mujer era de las buenas. Vale, no era Meryl Streep, pero tenía el talento suficiente para saber como jugar bien sus bazas, y sabía en que clase de producto estaba y la manera más efectiva de actuar en el. Así no solo estaba buenísima, sino que sabía ser erótica y a la vez cómica en las escenas que lo requerían, manteniendo un perfecto equilibrio entre ambas cosas. Lo cual se traduce en escenas geniales, de fuerte carga erótica a la par que cómica, como esa en que vemos el liguero mágico por primera vez. Pajares tiene que leerlo a la luz del candil, debatiéndose entre seguir leyendo o ir a por ese maravilloso felpudo negro, de pelo tupido y ensortijado ¡Muerte a la depilación! ¡Donde hay pelo hay alegría! Mientras, ella se hace la decente e insta a Armando a que siga leyendo, pero lo dice de una manera muy pícara, contradiciendo su actitud a las palabras que dice. No se si entendéis lo que quiero decir. Pero entre la actuación de los dos, y el espectacular cuerpo de Adriana Vega, queda una escena genial, la mejor de la película.
La película cuenta con un gran plantel de secundarios: Blaky, Pepe Carabias, Maria Luisa Ponte (esta si que se sale), una joven Adriana Ozores, incluso María Isbert (con unos piños falsos y un look en general que dan bastante asco, todo sea dicho, sobretodo en un momento dado en que se le cae el moño postizo al puchero de la sopa)... que están todos bastante bien. Pero que a la vez, saturan un poco. Quiero decir, que al final son como demasiados personajes graciosos y llamativos y acaban desorientándote.
Como todas las de Mariano Ozores, es divertida y entretenida, pero francamente, la recordaba mejor. Hacia el final como le pasa tambien a Brujas Mágicas, parecen no saber muy bien que hacer, y hay demasiado desfase. En este caso, nos saturan con demasiados chistes ya caducos de UCD y no termina de acabar tan bien como empieza el asunto.
Me quedo con Antonio Ozores, que está el tío aún más gracioso de lo habitual (solo recordar este diálogo: Ozores.- "cogí a un hombre y lo patee hasta deformarlo..." Pajares.- "Joe..." Ozores -con un enfasis solemne graciosísimo- ¡Yo es que soy muy burro eh!" o los momentos en que interviene como "espíritu" barbudo hacen que me parta de risa yo solo) y se nota que se lo está pasando pipa. Y por supuesto con Adriana Vega.
Tiene unos pocos momentos como los citados y algunos otros al comienzo muy buenos. El resto está por debajo de las cintas de Ozores con Pajares y Esteso. O será que soy más mayor y ahora me va más el costumbrismo. En todo caso, se la recomiendo si quieren pasarse un buen rato riéndose sin complejos, que tal y como están las cosas hoy día, es algo que no tiene precio.
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