Me temo que no me ha conquistado esta Star Trek, En la Oscuridad, como si lo hizo su fantástica precedente, Star Trek 2009. Para ser justo, no era fácil, pues fue una película sobresaliente que mucha gente recuerda y alaba. Incluidas las personas que no son, ni han sido nunca, aficionadas a Star Trek en ninguna de sus encarnaciones. Consiguió reconciliar a público general con público trekkie y relanzar una franquicia agotada en cines. Lo cual es un logro épico.
No hay nada que reprochar a un guión que, de nuevo, supera a la media de superproducciones Hollywoodienses (podía haber sido un poco menos confuso y denso en explicaciones técnicas y diálogos en su parte media eso si) o a un reparto que está especialmente inspirado (único apartado este, el de la interpretación, en que supera a la película precedente). Especialmente en el caso de Chris Pine o Zackary Quinto, sobretodo el primero, que lo da todo en cada plano, convirtiéndose por fin de forma absoluta en el nuevo Kirk. Sentimos su emoción y la vemos en su rostro en cada segundo de su interpretación. Incluso cuando está escuchando a otros personajes, su entrega al personaje en este film es ejemplar, si bien es cierto que cuenta con mayores elementos de peso en su personaje, que se enfrenta a retos y circunstancias más dramáticas. Con mayor responsabilidad. Habiendo de alcanzar la definitiva madurez.
Si algo me maravilló de la película de 2009 fue esa fluidez, esa energía y espíritu aventurero con que estaba contada. Había drama si, había personajes bien perfilados, pero sobretodo había un sentido de la diversión, un ritmo, que hacía que la película fuera rabiosamente entretenida y emocionante. Si bien Star Trek, En la Oscuridad recupera ese fantástico pulso en su secuencia inicial, hacia su parte media algo empieza a fallar, y la película se vuelve menos entretenida y algo confusa. Con bastantes diálogos demasiado largos y técnicos, idas y vueltas que no parecen ir a ningún sitio y con un dramatismo, que si bien está justificado en su primer acto, comienza a hacerse un poco pesado y a dar la sensación de estar impostado, hasta casi el final, durante el cual se recupera un poco del interés y la emoción del primer acto.
Y digo yo, si esto es una saga... ¿hacía falta ponerse oscuros y dramáticos tan pronto? En general el cine de hoy en día tiende a eso. Pero habiendo visto la película, la elección del villano y la trama, y ese "En la Oscuridad", del título, atufan a maniobra comercial de cara a potenciar aún más la película en taquilla. Porque en resumidas cuentas, por más oscuridad de que se tiña este film, sigue siendo Star Trek, sigue siendo el Enterprise, sigue siendo ciencia ficción y aventuras y sigue siendo un espíritu optimista. Por tanto viene muy al caso, no solo para la escena en que está, sino para la película en general, la frase que dice Scotty en un momento determinado del film: "-¡Creí que eramos exploradores no militares!-". Es un punto sobre el que deben reflexionar productores y realizadores, de cara al siguiente film. Sea o no J.J. Abrams quien la dirija: ¿Somos exploradores o militares?
Porque está bien jugar a romper el Canon y a la vez no hacerlo, con cabriolas argumentales/temporales en la trama. Fue una de las cosas más acertadas del film precedente. De las más originales que se han visto en cine además. Permite hacer una precuela y a la vez no ser esclavo del argumento establecido y contar cosas nuevas. Pero una vez hecho, bueno, hay que contar cosas nuevas. Jugar constantemente con lo que se sabe que va a pasar por el Canon clásico, pero que no tiene porque transcurrir de la misma manera en la nueva "realidad", generada por el film de 2009, es un factor en contra para Star Trek, En la Oscuridad. Es una idea que potenciaba al film anterior, mientras que a este lo perjudica. Dejándolo en general en tierra de nadie. A medio camino del film completamente nuevo, el remake, el reboot, la mezcla de ambos...en definitiva, no le beneficia.
Y es que este nuevo film pedía auténtico Star Trek ¡nuevas civilizaciones! ¡Viajes a donde ningún hombre estuvo antes! Y aquí vemos más hombres y las mismas civilizaciones, salvo en la fantástica escena inicial. Hace falta más Capitán en el puente, más, bueno, más Star Trek. Porque si bien la película precedente alejaba del puente (no tenía otra opción tampoco, pues hasta bien entrado el metraje no era capitán) todo lo que podía a Kirk y al espectador, al menos lo hacía para contar cosas clave de los personajes, mostrar aventuras, grandes escenas de acción muy emocionantes y bien hechas... Pero aquí nos alejan del puente para ofrecernos muchos más diálogos, escenas de un dramatismo que a veces se hace cansino y una historia que durante demasiado tiempo de metraje parece más un thriller, que una de ciencia ficción y aventuras.
Eso si, los fans de El Caballero Oscuro o Skyfall disfrutaran de otro de esos villanos absolutamente omnipotentes, inteligentes, manipuladores y genocidas que tanto gustan al público ultimamente. Fantásticamente interpretado por Benedict Cumberbatch (Con obsesiva corrección en su vocalización. Parece querer remarcar cada sílaba e impregnarla de maldad y terror). Pero todo este esfuerzo pro-oscuridad y miedo, cae un poco en saco roto hacia el final del film. Final, eso si, que tiene un toque gracioso por alterar una tendencia típica en los finales de acción de Star Trek.
A pesar de todo no es mala película. Recomendable para aficionados a la serie y a los que disfrutaron del film anterior. Y también para el público en general al que le apetezca ver una superproducción con buen guión y ganas de hacer las cosas bien.