domingo, 23 de junio de 2013

Masacrando a El Hombre de Acero, de la crítica constructiva a la dilapidación colectiva.




Antes que nada he de decir que a mi las críticas negativas no suelen afectarme. Si un film tan vapuleado como Prometheus me gusta, lo va a seguir haciendo a pesar de las miles de críticas brutales que ha recibido. Es más, incluso muchas me parecen razonables y les doy la razón. Pero como el film me gusta, lo disfruto igualmente. Desde luego esto cambia cuando hablamos de Superman. Un personaje tan querido por mi. 

No obstante, soy razonable, las críticas (varias) negativas que leí antes del estreno las tomé en cuenta y las que leí después también. No me "enfadaron" porque estaban fundamentadas. Después vino una oleada de de críticas muy centradas en denostar El Hombre de Acero al compararla con Superman de Richard Donner, que vi injusto y así lo expresé en este post de nuestro modesto blog. Lo veía injusto y nada acertado, dado que El Hombre de Acero pretende reinventar a Superman desde un punto de vista más moderno y actualizarlo, por eso veo injusto y equivocado analizar la película desde ese punto de vista. Y ojo, puedo equivocarme. Pero aún criticando El Hombre de Acero únicamente centrándose en compararla con Superman la película, muchos no eran objetivos y la comparaban más con su propia experiencia de ver el film de niños y la nostalgia generada por ello, que con el propio film de Richard Donner. Argumento, que ya si es realmente inadmisible. La propia nostalgia y recuerdos infantiles no los puede recrear film alguno en nuestros días. Aún menos si ya somos unos adultos hechos y derechos. Pero aún y con todo, aceptaba estas críticas. Lo que realmente me enfadó, y me ha puesto en pie de guerra son afirmaciones como las de algunos que proclaman que El Hombre de Acero les ha hecho valorar más el film de Donner o Superman Returns.


Si yo fuera un espectador medio cualquiera, o incluso un aficionado normal al cine, podría aceptar este argumento sin pestañear. Pero resulta, que además de eso, soy un gran fan de Superman. Y durante años he tenido que defender Superman Returns de una cantidad de ataques furibundos desmesurada. La película es fallida globalmente, pero nunca me pareció tan horrible como se dice. Además, tiene momentos realmente soberbios y conmovedores. Estos ataques furibundos, consistían en describir a Superman Returns como aburrida y carente de acción. Repetición del mismo plan y villano, Lex Luthor, que carecía de poderes y no podía propiciar emocionantes peleas. 
Pues bien, esas mismas personas que echaban en falta peleas de seres superpoderosos, son las que ahora se quejan de un exceso de acción (¿?) y de personajes planos y poco desarrollados. Algo falla aquí ¿O soy yo? Porque lo que veo es que se estrena Superman Returns y los pocos que la ven despotrican de su lentitud y falta de acción y villanos diferentes y con poderes. Se estrena El Hombre de Acero y se quejan del exceso de acción y peleas sin sentido (¿Defender la tierra de unos Kryptonianos que quieren destruir todo y convertirlo en Krypton practicando un genocidio planetario no tiene sentido? Bien...).


Tras leer muchísimas críticas y comprobar muchas actitudes, he llegado a la conclusión, de que Superman, por alguna razón, es un personaje del que la gente está deseando reírse. Me parece muy hipócrita como la gente a ido en masa a ver esta película cuando dieron la espalda a Superman Returns ¿donde está la diferencia? Personalmente pienso que la diferencia está en que esta película prometía ser espectacular, ofrecer un Superman, totalmente nuevo, adaptado a los tiempos. Nuevas emociones y situaciones nunca vistas, más acción. Y es de todo eso, precisamente, de lo que se han quejado. Yo respeto todas las opiniones, pero todo esto me resulta paradójico. Me lleva a la conclusión de que sea un Superman clásico y reposado, con personajes y reflexivo, sea un Superman moderno, con situaciones duras, drama, acción y espectáculo, da igual como sea, será criticado hasta el último detalle. Todo se mirará con lupa y se será doblemente duro con películas de Superman, se utilizará un rasero distinto que para el resto. Y mientras tanto se será más compasivo con productos tan lamentables como The Amazing Spiderman, por poner un ejemplo de reboot realmente carente de alma, ganas de hacer algo que merezca la pena con el personaje u originalidad. 


Con todos sus fallos en El Hombre de Acero se perciben ganas de elevar al personaje, de llevarlo a situaciones y lugares donde nunca antes estuvo. De ponerlo en el lugar que se merece. Pero pareciera que estamos deseando reivindicar nuevas películas del personaje. Siempre mejorando esto o lo otro. Y cuando llega el momento hacerlas caer, cargárnoslas sin compasión. 

Batman mola mucho más. Puedes decir que te gustan las películas de Batman sin temor a que se burlen de ti.  No da vergüenza, como si dices que prefieres a Superman. Porque Batman mola. Siempre dará vergüenza decir que te gusta Superman. Con gayumbos o sin ellos. Hay que ponerse del lado de los que molan. Igual parece exagerado, pero esta es la base de toda esta diatriba ¿Sino porque muchos de los que van a ver El Hombre de Acero advierten antes de que ellos "son de Batman"? Cuando yo fui a ver las muy buenas películas de Christopher Nolan no iba gritando a los cuatro vientos ¡Yo soy de Superman! no porque me diera vergüenza, sino porque era un absurdo, Batman es un personaje interesante y siempre apetece ver alguna película basada en el. Pero si vas una de Superman has de dejar claro que tu eres de Batman ¡A ver si se van a pensar que eres un menosmola! Y vas preparado para reírte y masacrar hasta el más mínimo fallo. Modo hater on, como decían que iban a estar muchos en twitter antes de ver la película... "¡Voy a ver Man of Steel pero con el modo Hater On!". En fin...

Por eso digo, que tolero y entiendo las críticas, y las acepto. Lo que no acepto y me frustra, son este tipo de actitudes. O si existen estas actitudes por parte de muchísimas personas, bien, que las mantengan, pero que no vayan a ver una película de El Hombre de Acero, o la pongan a parir diciendo lo que tenían que haber hecho o dejar de hacer, porque a la postre, lo que quieren en realidad y siempre querrán, es destrozarla.





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