Divertida e inocente comedia sobre el típico intercambio de cuerpos. Esta vez entre una guapísima Rachel McAdams, en el personaje de la típica y odiosa chica popular de instituto, que aprenderá a valorar lo que tiene y no ser tan, con perdón de la expresión, zorra con todo el mundo. Rob Schneider interpreta a un ratero sin escrúpulos, cuyo físico adoptará la pobre Rachel McAdams, cuando este se pone un antiquísimo pendiente egipcio con poderes mágicos, y claro, viceversa, el ratero se verá de repente dentro del cuerpo de una adolescente de instituto.
Lo mejor de la cinta aparte de algunos gags, es la curiosa relación que se establece entre el personaje de Rachel McAdams en el cuerpo de Rob Schneider y su mejor amiga, interpretada por Anna Faris ¡Su mejor amiga ahora tiene el cuerpo de un hombre! Y esto, paradójicamente resulta perfecto, la pobre llega a caer rendida a los pies de su amiga, ahora con cuerpo de hombre, enamorada. Es una trama tan tierna, tan curiosa y disparatada, los actores la interpretan con una química y un sentimiento tan especial, que resulta entrañable y de lo más memorable de la película. Que si bien no pasará a la historia de la comedia y mucho menos del cine, si resulta entretenida, por su propia ligereza y falta total de pretensiones.
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