¡Cuantos pajotes adolescentes le he dedicado a esta buena señora viendo esta maravillosa comedia de terror! Y que bonito es comprobar que lo que antes eran cualidades lúbricas, ahora son cualidades cómicas, porque si algo es ante todo, Elvira, reina de las tinieblas, es una grandísima comedia incorrecta, grosera, vulgar, satírica y autoparódica totalmente ochentera.
Elvira, tanto en la ficción de esta película, como en la realidad, era una presentadora de un programa de cine de serie b de un canal por cable, fue tal la popularidad de esta mujer (en realidad llamada Cassandra Peterson) que se llevó el personaje que interpretaba en dicho programa al cine.
El argumento sigue los pasos de Elvira tras ser despedida de su programa y quedarse tirada en un pueblecito muy conservador de Massachusetts que por supuesto, revoluciona. Está llena de gags divertidísimos, toques de comedia teen, coñas constantes referidas al tamaño de las enormes tetas de la protagonista (tanto de los demás personajes, como de ella misma).
Incluso al final, tenemos un toque de terror fantástico con esos efectos ópticos dibujados a mano (rayos, relámpagos, energía que sale de las manos del villano...) que tanto se echan de menos. Nunca deja de ser divertida y entretenida en ningún momento, se pasa en un suspiro y ha envejecido maravillosamente (de hecho vista hoy, es casi mejor que en su momento). Así que si no la habéis visto ya estáis tardando, y si ya la visteis en su día, dadle un repaso a Elvira, que es en sus propias palabras "la chica de guardia que tiene retaguardia". Eso si antes echadle un vistazo a esta maravillosa galería.
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