viernes, 1 de noviembre de 2013

Dracula (serie NBC) (2013) de Andy Goddard. Un gran cambio para un gran personaje.


Tras ser despertado de un estado momificado latente a base de sangre, Drácula aparece en plena sociedad del Londres Victoriano bajo la apariencia de Alexander Grayson, un opulento empresario millonario rebosante de nuevas ídeas científicas que pretende cambiar el mundo. La realidad es que Dracula busca venganza contra aquellos que le arrebataron a su esposa siglos atrás, La Orden del Dragon, cuyos poderosos líderes se hallan camuflados entre los más poderosos ciudadanos de la sociedad Británica. Para ello contará con sorprendentes aliados...


Dracula sigue siendo el personaje más prolífico de la historia del cine. Es oficialmente el personaje de ficción que más veces a intervenido en la gran pantalla. Y no es de extrañar, porque es un personaje (y una novela) fascinantes. Siempre interesante en cualquier formato, terror serie B muy pulp a lo Hammer, en plan trágico-romántico como en la adaptación de Coppola, incluso, como los grandes personajes, se presta a experimentos y alteraciones de todo tipo y sale airoso de todas ellas, manteniendo intacta su capacidad de fascinación. 

Encima es un personaje que cualquiera puede adaptar, porque sus derechos han caducado y ahora es de dominio público. Cualquiera pueda utilizar al personaje y su mitología a placer, adaptarlo. Eso hace que proliferen todo tipo de producciones basadas en el. A mi hace tiempo que cualquier cosa relacionada con el personaje me interesa. Los que bien me conocen o sigan el podcast en el que intervengo, La Consulta del Doctor Loomis, saben de mi fascinación por la injustamente maltratada, Dracula 3D, de Dario Argento. 

Pues bien, permitidme hacer un "off topic" y hablar de una serie en este blog de cine. Valga la excepción ya que es un personaje en esencia cinematográfico, y los medios y escala de la misma, son practicamente los mismos que una gran producción de época para la gran pantalla.


Pues bien, era cuestión de tiempo que el personaje llegara a televisión. Dado el auge y prestigio del que gozan actualmente las series, en concreto las históricas y la todavía (y siempre) presente fiebre vampírica (pasemos de puntillas sobre la horrenda saga Crepúsculo), parte a priori, con todo a su favor para ser con éxito totalmente potencial. 

Por eso es sorprendente comprobar el acercamiento tan arriesgado y rompedor que han tomado los responsables al abordar la serie.


Y es que parecía cosa hecha que iban a ir a lo fácil. Casi no pide otra cosa el tema. Tirar por caminos previsibles y facilones para conmover al personal contando lo de siempre camuflado como serie de prestigio y lujosa, aunque soporífera. Eso ocurre con series como Downton Abbey (que coñazo de serie amigos, a mi me obligaron a verla, si a vosotros os llega a ocurrir lo mismo no cedais ¡huid!), que claro, no tiene que ver tematica y argumentalmente, pero ya me entendéis, es una serie en la que no ocurre nada y que disfraza su nulidad dramática bajo una lujosa apariencia que le da un inexistente prestigio. Pues podrían haber hecho eso. Como al personal le encanta la versión trágica y romántica de Coppola, podrían haber convertido eso en una serie con un "monstruo atormentado" de bellas facciones y eternas miradas lángidas. 

Pero afortunadamente no. Los creadores de Dracula NBC le dan un giro radical al personaje. De monstruo envejecido y decadente en busca de sangre de jovenes vírgenes que le recuerdan a viejos amores lo convierten en brillante y frío antiheroe vengador, que además tiene una doble personalidad. Por un lado es un filántropo que compite con Edison creando inventos revolucionarios y por otro el astuto vengador. Y a la vez se mantiene el elmento de Mina como amor del protagonista que le recuerda a su difunta pareja. Pero en este caso la busqueda no es Mina, es la venganza. 

De esta manera tenemos al mismo Drácula de siempre con una motivación nueva y totalmente insertado en el mundo y su época. Un personaje excéntrico y genial, carismático, que no se esconde, sino que se muestra y se exhibe luciendo una brillante fachada. Algo así como un Tony Stark Victoriano, salvando las distancias. Esto y varios cambios más con respecto a la novela (me consta que a los más puristas ya les está levantando ampollas, yo adoro la novela y los cambios me han parecido brillantes), muy drásticos, que colocan a personajes canónicos de la novela en contextos totalmente opuestos a los tradicionales, hacen que tanto serie como personaje resulten rabiosamente interesantes. 


Encima la serie nos da todo. Trama política de la época, distopía histórica, ya que el personaje de alguna manera va a intervenir en hechos y personajes reales de la historia (la ya mentada competencia con Edison) venganza, malvadas sectas y los elementos clásicos, romance, sexo, terror ¡e incluso acción! Este piloto ya lo da todo, la verdad. A mi me ha encantado, y lo más importante ¡más para mi que nunca suelo pasar de los primeros episodios de ninguna serie! me he quedado con muchas ganas de ver más. 

Pero claro, con mi suerte, y sobre todo mis gustos que suelen ir a la contra de casi todo el mundo (recordemos que me encanta Dracula 3D) seguro que pronto la cancelan. Ojala me equivoque y tengamos Drácula para rato. 

Además me he reconciliado con Jonathan Rys Meyers, al que odiaba desde Match Point y con este Drácula creo que ha encontrado el personaje de su vida.

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