Un tribunal dirime que unos entrañables nudistas (entre los que se encuentra una repugnante octogenaria cuyas tetas son colgajos repugnantes que le cuelgan hasta los pies cual condones y que al mínimo desaire agita golpeando al sucinto provocador) deben cesar sus impúdicas actividades a la orden de ya. Los nudistas, que se toman este tema muy apecho, reunidos, y de común acuerdo, deciden hacer un suicidio ritual y acabar con sus vidas, puesto, que, pobrecicos míos, ya no pueden vivirlas como quisieran ¡Pero ojo! ¡Que prometen volver! No se sabe exactamente como ni cuando, pero puesto que el título traducido viene a ser "La Colonia Nudista de los Muertos" y hemos visto esa horrorosa portada con zombis pues... nos hacemos una ídea.
Salto temporal de cinco años. Una congregación recibe un sermón de parte de un agitado pastor (cuyo sermón versa sobre como observa a jóvenes folleteando) y le preguntan por la antigua colonia nudista, y las extrañas despariciones que se están dando allí desde que los nudistas se largaron. El se hace el loco, pero el caso es que ocurren cosas extrañas, somos testigos en cuanto sufrimos cerca de 40 de los 90 (podrían ser 120 por el nivel de coñazo que llega a ser) minutos que dura este film rodado en Super 8 (algú plano de vídeo chungo de la época llegan a colar).
En el lado bueno se aprecia cierta buena intenció en el guión. Frases o situaciones cómicas aquí allá, muy rollo spoof -la madre de una de las protagonistas cargando crucifijos más y más grandes en sus maletas hasta llegar a extremos delirantes o la vieja zombi golpeando accidentalmente a la gente con sus pellejo/tetas- pero en general y sobretodo llegada la mitad se hace insufrible. Hay demasiados personajes, muchos números músicales mal colocados (temas lentos donde deberían ir más movidos y viceversa) y que se alargan con chistes que podrían funcionar en forma breve pero que se hacen insoportables alargando el gracejo, como los protagonistas ataviados con gafas de sol imitando a Ray Charles en un tema muy coñazo como de blues.
Además no vemos realmente a los zombis nudistas hasta casi hasta el Climax, y no es que sean el colmo de la diversión. Los personajes pueden resultar pintorescos en principio pero se hacen cargantes, como el rubito fan de la biblia o los dos paletos que tiran por chistes de humor escatológico sin gracia y muy desagradables. Total, que tiene el desatino de alargar lo que no funciona y de no aprovechar lo que si.
Así que no la vean a no ser que tengan una irrefrenable curiosidad por la serie b de terror cómica o sean fans de Troma. Porque Mark Pirro tras verle en el vídeo en que nos presentaba la película (dentro de la VI Cutrecon) parece una suerte de Lloyd Kauffman Wannabe, con toda una productora manufacturando productos similares a este, que ahora saben, al parecer, rodar con mayor eficacia, según nos asegura el tipo remitiéndonos a su web, pirromount.com, si quieren echarle un ojo...ya me contarán...a mi no me ha quedado mucha gana después de aguantar esto hasta el final.
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