sábado, 12 de agosto de 2017

Las Aventuras de Zipi y Zape


Vi esta película ¡por fin! en la Sexta Edición de la Cutrecon, en una sesión Infantil matinal... pobres niños condenados a ver este horror ¿no? ¡Porque a parte de freaks como yo había familias que de buena intención llevaron a sus hijos a esto! en fin...
El argumento sigue a Zipi y Zape en su vuelta al Colegio tras las vacaciones, momento en que se incorpora a la clase Oliverio, un niño rico pero huérfano, criado por su excéntrica Tía Aniceta. Resulta que el criado de la Tía de Oliverio es un vicioso apostador de las peleas de Gallos, y pretende cubrir lo que le debe a la mafia ayudando a unos mafiosos italianos a que secuestren a Oliverio.
Lo cierto es que tenía mucha curiosidad por ver la película desde hacía años. La recordaba como muy extraña e insoportable ya de crío. Recordaba a unos Zipi y Zape enormes (a mis ojos de niño los comparaba con los del tebeo claro, que eran retaquitos, los niños siempre quieren sus cosas literales). Y eso sumado a la crítica de Cinecutre, perpetradores del maravilloso festival en que he podido verla, me hacía augurar lo peor.
Lo cierto es que al final no ha sido algo tan terrible y horroroso como auguraba. A ver, la película hace gala de esta costumbre rancia de adaptar literalmente los tebeos. Es decir que los actores actuan como auténticos... en fin como si les faltara un verano para entendernos. Gesticulan mucho, sobreactuan (especialmente Marta Angelat que interpreta a la madre de Zipi y Zape, Jaimita) y la fotografía está en colores chillones bastante insoportables (unos rojos tan intensos que ríete tu de Neon Demon) imagino que con la excusa de estar adaptando un comic... pero nada cerca de lo más terrible que hayamos podido ver en anteriores ediciones de la Cutrecon.
Tiene momentos para la vergüenza ajena como los momentos acelerados en montaje para buscar la comedia en plan cine mudo, o esa Jaimita andando con efecto de sonido e sus pasos y sonrojantes primeros planos...y otros muy graciosos involuntariamente, con unas niñas recitando diálogos que están claramente escritos por señores de cincuenta queriendo imitar la forma de hablar de los chavales de la época, con terribles y jocosos resultaos. También racismo rancio importado probablemente del tebeo (aunque quizá estos tebeos se pueda teorizar que solo parodiaban dicho racismo rancio, pero eso ya es otro debate) con la críada de Tía Aniceta, Tomasa, interpretada por una actriz blanca y española, Amparo Moreno, cubierta eso si de betún, y con los labios, y la zona de la boca cubierta de pintura blanca. Es décir, el típico dibujo en plan cartoon racista de un negro de la época. En este caso negra vamos. Además habla imitando a la Criada de lo que el viento se llevó y reza a sus dioses agchándose y repitiendo cosas como: "Macumba, Macumba..." hoy día es tan chocante que no puede evitar uno reirse.
Pero lo que de verdad me ha chocado y me hará, probablemente recordar el film es ese final rodado en Plaza Catalunya, con todo el cast reunido interprentando sus personajes. Vemos como cantan y bailan Zipi y Zape y al fondo, tranquilamente cámaras del equipo rodando planos simutaneamente que imagino, luego pretenderían intercalar en montaje, solo que no se molestaron en ocultar ese hecho y los dejaron en el montaje final. Eso no lo he visto en ninguna otra película... Aventuro que rodarían sin permiso o no podrían reservar espacio de rodaje en localización y sencillamente rodaron el follón que se monta con los actores disfrazados como sus personajes haciendo el gilipollas... y claro rodaron también la reacción de la gente (hay hasta fotógrafos por ahí que los planos recogen igualmente).
Yo que vosotros la vería como curiosidad.

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