Da gusto ver como el tío Jess en 1998 seguía a su rollo sin traicionarse a si mismo. Lust for Frankenstein es otra muestra de cine experimental y onanista que será odiado por quienes no disfruten con el auténtico Jess Franco y disfrutado por quienes si sepan hacerlo a partes iguales. Yo me encuentro en el segundo grupo. Aunque reconozco que los films de Jess Franco, sobretodo los que más se encuadran en su particular universo erótico y delirante, no siempre "entran" con facilidad. A veces soy incapaz de ver más de 15 minutos y otras me veo dos o tres seguidas de este tipo. Depende mucho del estado de ánimo y disposición en que me encuentre. Como en el gran blog "I´m in a Jess Franco State of Mind", tengo que tener un particular momento de apertura mental, serenidad y falta de prejuicios. Y sobre todo estar tranquilo, relajado, sin prisas...porque ver uno de estos films hace que el tiempo decelere, se dilate y vaya discurriendo lentamente, como un río de miel...
Si no me reconozco en ese estado siempre lo dejo. O acabo parando la película aunque me empeñe en terminarla. Pero cuando consigo llegar a estar así y ver completas las películas, es cuando realmente llego a disfrutarlas. O a disfrutar esos particulares momentos que a través de experimentos visuales con colores, (potenciados al rodar ya en vídeo en el año en que se hizo la película)montaje y música, generan un efecto onírico muy particular y placentero.
No quiero ponerme intelectual y pretencioso, solo explicar que el efecto buscado por estas películas no es el de una narración convencional, se busca la experiencia y el placer visual por el placer visual, sin trascendencia ni sentido ninguno. Quizá ese es el problema con el que se topan muchas de las personas que critican a Jess Franco. Que no logran entender esto, o no logran experimentarlo. Ojo, no digo que sea la experiencia de mi vida, una especie de nirvana ni nada parecido, solo un placer visual muy particular. Muy parecido a encontrar un caramelo de un sabor muy particular, que saboreas un poco extrañado al principio, sin saber si te gusta o no. A veces lo escupes con asco, y otras te lo quedas en la boca mucho tiempo y acabas dandote cuenta de que te encanta.
Ni Virtuoso ni Genio. Pero si un cineasta único y con personalidad, ese era Jess Franco para mi. Un apasionado de la experimentación visual, siempre consciente de que había que romper con los todavía hoy obsoletos patrones cinematográficos anquilosados.
En Lust for Frankenstein nos encontramos con los elementos más memorables de sus películas más recordadas, monstruos clásicos revisados en clave rompedora y personal, erotismo salvaje que conduce a la muerte, secretos de familia, ecos malditos y tenebrosos del pasado... a diferencia de la espantosa Killer Barbys, cercana en el tiempo, aquí el tío Jess sabe mantener los elementos que han hecho que me fascine su cien, y los enriquece con lo que la tecnología del vídeo digital le puede aportar y una Lina Romay que en sus cuarenta y tantos ofrece una notable interpretación y estaba tan guapa y sensual como siempre.
Recomendada para los amantes del cine de Jess Franco o interesados en su filmografía en general.
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